Cómo la realidad virtual mejora las experiencias de aprendizaje en estudiantes

Cómo la realidad virtual mejora las experiencias de aprendizaje en estudiantes

La realidad virtual está sentando las bases de sus cimientos más fuerte que nunca.

Tanto es así que ha conseguido erigirse como la aliada perfecta en el área de educación.

La realidad virtual lleva tiempo demostrando que puede mejorar las experiencias de aprendizaje de los estudiantes gracias a los métodos interactivos que integra de manera innata en su ejecución, ayudando a entender conceptos que, de manera escrita, podrían traer complicaciones en su entendimiento.

Cierto es, que la realidad virtual se antojaba como un concepto futurista, muy lejano de convertirse en una realidad que rodease gran parte de nuestras rutinas día tras día.

También, lejos de convertirse en una moda pasajera, ha sido acogida por un amplio abanico de sectores.

En sus comicios, se convirtió en la socia perfecta para la industria gaming, del ocio y del entretenimiento.

Posteriormente, comenzó a tener un gran reconocimiento en el área cultural.

Y, finalmente, el resto de sectores sucumbieron a la gran inmensidad de usos y aplicaciones que la realidad virtual podía aportar.

Un claro ejemplo de ello, tal y como hemos nombrado en párrafos anteriores, lo encontramos en la educación.

La manera de refrescar y adquirir nuevos conocimientos es muy diferente a la de hace apenas unos años.

El ámbito formativo se ha visto revolucionado a pasos agigantados gracias a la realidad virtual, ya que los documentos en formato PDF o, los propios libros, se hacen a un lado para abrir paso a una educación más interactiva.

Si estás interesado en descubrir de qué forma la realidad virtual está cambiando las experiencias de aprendizaje, no te pierdas este artículo.

La realidad virtual abre un nuevo horizonte de conocimiento para los estudiantes y el aprendizaje

Si bien es verdad que la realidad virtual no es un concepto “recién nacido”, aún continúa siendo una gran novedad para muchos.

No fue hasta los tiempos de confinamiento cuando su fama comenzó a cobrar fuerza.

La falta de libertad de movimiento a la que condenó la pandemia, afectó a todos los sectores, pero no cabe duda de que uno de los más perjudicados fue el de la educación.

El ámbito de la formación se vio obligado a reinventarse y a reeducar su forma de difundir conocimientos.

Y, en ese momento, cuando parecía estar atenazado por una fuerte amenaza que podría frenar el motor del mundo entero, la realidad virtual lo cambió todo.

Las pizarras y los pupitres fueron relevados por ordenadores e, incluso, gafas o cascos de realidad virtual.

Un nuevo enfoque más dinámico, no sólo para el alumnado, sino para los profesionales del sector de la educación, ya que podrían dar rienda suelta a sus capacidades creativas y formativas.

Además, en muchas ocasiones, no resultaba tarea fácil dar explicación a conceptos que de nada servían si no se ponían en práctica.

La falta de presupuestos o de espacios, dificultan en muchas ocasiones, tanto a estudiantes como a profesores, la impartición clases prácticas.

Con la realidad virtual, esto dejó de suponer un problema.

Para acercarnos un poco más y comprender un poco mejor de qué manera esta nueva forma de educar es más beneficiosa que la que conocíamos hasta hace relativamente poco, será mejor poner un ejemplo:

Los estudiantes de medicina deben terminar por elegir una especialidad.

Sin duda, son muchas las patologías que atenazan a la salud pública y, por ello, es preciso sacar al mercado estudiantes completamente cualificados.

Aquellos que, por ejemplo, se especialicen en la rama de cardiología deberán tener conocimientos exhaustivos sobre todas las afectaciones, enfermedades y funcionamiento del órgano motor.

Y no hay mejor fuente de conocimiento que la adquirida desempeñando la profesión.

Sin la realidad virtual, es algo complicado.

Por ejemplo, no todos los estudiantes de un aula pueden asistir conjuntamente, presencialmente y en tiempo real, a un quirófano para intervenir en una operación a corazón abierto.

En cambio, con la realidad virtual, todos y cada uno de esos estudiantes podrán observar, aprender e incluso “operar” al mismo tiempo, encontrando todos los instrumentos e información adicional, necesaria para llevar a cabo la actividad.

Teniendo como base este ejemplo, cabe destacar que hay múltiples estudios que garantizan que el aprendizaje llevado a cabo a partir de la realidad virtual es mucho más efectivo, ya que:

  • Los estudiantes prestan mayor atención cuando disfrutan de experiencias inmersivas, sobre todo, cuando su disfrute no está interrumpido por límites de reproducciones o de tiempo.

  • La opción de interactuar con diversos elementos dentro de escenarios virtuales beneficia a la rutina formativa del alumno.

  • Será posible conocer el rango de implicación de los estudiantes gracias a las medidas obtenidas por gafas o cascos de realidad virtual sobre el movimiento de los ojos en relación a lo que el alumno está estudiando en la pantalla. En función de en qué punto fije su mirada, obtendremos el resultado de atención.

  • Favorece la colaboración entre estudiantes y profesores, ya que, como hemos observado en el ejemplo, podrán converger de manera conjunta y al mismo tiempo en una misma actividad.

  • La financiación o el espacio disponible, deja de convertirse en un problema.

Sin duda, la realidad virtual ha revolucionado el método de estudio e, indiscutiblemente, ha mejorado la experiencia de aprendizaje de los alumnos.

Aún queda mucho camino por recorrer y muchas fronteras por conquistar con esta nueva forma de adoptar la realidad, pero ya ha ido asentando sus cimientos en un sector que lo es todo para marcar el futuro de la sociedad.

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