Las razones que llevaron a Meta a una posible catástrofe
Meta es una de las empresas más acogidas por los titulares de la prensa internacional en los últimos tiempos.
Su controvertido metaverso ha dado mucho de qué hablar, pero aún más, los problemas gestados en el interior del seno de la compañía.
Los recientes despidos multitudinarios pudieron poner en jaque a la entidad, haciendo que sus cimientos se tambaleasen.
El descontento de los empleados unido a los problemas financieros que azotaban a la compañía, supusieron el comienzo de toda la vorágine de problemas en las que se sumió Meta en los últimos meses.
Este panorama incierto, devenido fundamentalmente por la mentalidad cerrada del propio Zuckerberg, quien, al parecer, en ningún momento ha dado muestra alguna de una posible equivocación frente a las novedades con las que buscaba arreciar a la compañía, fue uno de los detonantes que llevó a un descenso notable de ingresos y, con ello, al cese de un importante número de contratos.
Para muchos, la cuestión que más retumba entorno a esta situación es: ¿cuál es el origen de esta escalofriante magnitud de problemas?
Si tú también eres de los que se ha hecho esta misma pregunta, a continuación te vamos a adelantar cuáles podrían ser las razones que han sumido a Meta en este duro invierno.
Creciente aumento de metaversos
La ambiciosa propuesta de crear un universo paralelo al real pese, a que, pueda parecer una idea novedosa, no lo es tanto.
Sin bien es verdad que el imperio Meta ha hecho mucho ruido al respecto y que Mark Zuckerberg ha decidido apostarlo todo por desarrollar el proyecto en el que tanto tiempo lleva trabajando, no debemos olvidar que existen otros gigantes tecnológicos.
La idea de un metaverso común es inexistente.
Hay multitud de mapas y escenarios virtuales que ya cuentan con sus propios avatares, monedas digitales y una amplia afluencia de público y clientes.
Estos últimos, ya invierten importantes cantidades económicas en publicitar su marca y abrir las puertas a nuevas estrategias de marketing.
Cierto es que, pese a que el metaverso aún presenta un futuro muy incierto, cada vez son más los que muestran interés por el mismo y redoblan sus apuestas en invertir en él, pero no hay que perder la cabeza.
Hay que buscar otras rentabilidades y nuevas formas de hacer negocio.
Otros gigantes tecnológicos, como podrían ser Amazon o Google, están haciendo importantes inversiones en otras vías tecnológicas, siendo una de las que más fama y repercusión está ganando en los últimos tiempos, la inteligencia artificial.
Por ese motivo, Mark Zuckerberg podría estar perdiendo otras oportunidades de negocio más rentables, al focalizarse única y exclusivamente en un mundo en el que todavía queda mucho por construir.
Aferrarse al fracaso
Es común y muy escuchado el consejo: “Lucha por tus sueños”.
Está bien tener unas proyecciones de futuro y una causa por la que luchar, pero cuando esa búsqueda por cumplir un deseo se hace por una misma vía, llena de baches y tropiezos, es mala idea.
Hay que saber cuándo frenar y aceptar una derrota y, de no ser así, es preciso encontrar nuevas vías de escape que lleven a flote a un barco que amenaza continuamente con hundirse.
Precisamente esto es lo que está ocurriendo con el ideal proyectado por Zuckerberg.
Su ímpetu por alcanzar ese mundo virtual lo ciega frente a los problemas a los que se enfrenta la compañía.
El despido de personal y el incesante flujo económico que, lejos de aportar ganancias, las reduce a pasos agigantados, está llevando a Meta a un pozo sin fondo, a un agujero negro del que sería muy complicado salir si no se estudian nuevas alternativas.
No ver más allá
Cierto es que, si a toda costa quieres desarrollar, dar forma y lanzar un proyecto: ¡Ve y consíguelo! Pero cuando las pérdidas superan a las ganancias, es momento de buscar otras alternativas.
Hecho que ni siquiera se ha planteado Zuckerberg.
Encontrar soluciones paralelas que permitan sufragar los costes de un proyecto y que, además, dé rentabilidad a la empresa, sería una idea fabulosa pero, cuya puesta en funcionamiento, no depende de nosotros.
Tres razones que, pese a que se centren en una única compañía, no dejan de ser lecciones de negocio de las que aprender y tratar de evitar a toda costa.
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